Utiel -Javalambre
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Lo noche es fría 0º marca el termómetro del coche, la carretera tiene unas húmedas y feas manchas oscuras y una maquina esta esparciendo sal por la carretera, lo que nos da una idea de que el asfalto no está para bromas y menos aun circulando con ruedas de tacos. Descubro que una vez más me he dejado las gafas de ver de cerca en casa (sin ellas no veo ni torta) intentare comprar unas “de farmacia” en alguna parte. Ponemos gasoil, compramos pan y en Utiel buscamos una farmacia y a la primera encuentro la solución del problema, salgo con mis nuevas gafas y 15 € menos en el bolsillo, pero feliz de poder volver a ver las instrucciones del GPS.
Estamos llegando a las estribaciones del plato fuerte del día el pico de Javalambre con sus casi 2.000 metros de altitud, pero antes de subir reponemos fuerzas.
El viento en la cumbre es sencillamente brutal haciendo que los coches parados se muevan, a pesar de sus casi dos toneladas, como si estuviésemos moviéndonos por una trialera. Bajamos para hacer unas fotos, pues la montaña en su cara sur bañada por el sol es de color ocre mientras que la cara norte es de un gris que estremece. Apenas se puede caminar en contra del viento. Encontramos algunos neveros y la temperatura baja a 2º bajo cero, pero la sensación térmica por culpa el viento es aun más baja.
I Ente bajadas y subidas a cual más emocionantes y unos paisajes dignos de mención el atardecer va dando paso a la noche y nosotros negociando una de las zonas más bonitas del día, un bosque interminable con caminos trialeros poco visibles que salen por todas partes, lo que nos obliga a navegar e intuir un poco por donde continúan las roderas en el siguiente desvío. Son dos horas agotadoras en los que ni el navegante ni el piloto pueden distraerse ni un solo minuto si no se quieren cometer errores, pero son de lo más estimulantes, una vez más hemos disfrutado una nocturna a tope. Salimos a una pista (casi una autovía comparado con el camino que traemos desde hace mas de dos horas) podemos continuar un poco mas por campo o ya tomar carretera y para casa. La cordura se impone y decidimos regresar a casa de la que nos separan aun unos 300 kilómetros que sumados a los 300 de la llegada a Utiel mas 200 que hemos efectuado por campo dan la bonita cifra de 800 kilometro de jornada cuatrera que se nos antoja una cifra más que respetable. Carretera y manta para llegar a Madrid sobre las 11 de la noche, muy cansados pero muy felices del día pasado. La próxima seguro que será por tierras Lusas. Pincha sobre las fotos para ampliar |